Se jugaba un partido de fútbol en un campo de Gran Canaria. El árbitro y uno de los entrenadores comienzan una fuerte discusión. Uno de los jugadores se mete entre los dos y los separa con sus pequeños brazos porque ese jugador sólo tiene 5 años. Es Alejandro, un pequeño futbolista que ha dado una gran lección: allí solo estaban para jugar y disfrutar.