Samsung explica qué falló en las baterías explosivas del Galaxy Note 7

El hundimiento de uno de los buques insignia de Samsung Electronics en 2016, el Galaxy Note 7, afectó las arcas de la surcoreana en más de US$5.000 millones: las baterías explosivas de esta phablet no solo motivaron que la firma tuviera que retirar del mercado mundial más de 2,5 millones de unidades, sino también mermaron el prestigio de la compañía, que domina el mercado mundial de móviles con cerca del 20% de la torta.

Casi seis meses después de que los dispositivos empezaron a explotar e incendiarse (salieron a la venta en agosto y ya en septiembre se reportaron los problemas), sin motivo aparente, pudiendo dañar a usuarios y personas en las cercanías, la firma ha decidido presentar hoy las conclusiones de la investigación realizada al respecto, para entender dónde falló el desempeño de sus aparatos y qué los convirtió en potenciales explosivos.

El responsable de la división de telefonía móvil del gigante asiático, Koh Dong-jin, indicó a la prensa en Seúl que defectos en las baterías de las Galaxy Note provocaron los desperfectos que acabaron llevando a suspender la fabricación del producto.

El informe en que se amparó estuvo firmado por tres empresas independientes que examinaron los equipos y concluyeron que no fueron aspectos de su diseño, sino más bien el desempeño de su batería, lo que precipitó la situación.

Fueron dos defectos de batería independientes los que causaron que tanto el lote original de los teléfonos Galaxy Note 7 como las unidades de reemplazo se sobrecalentaran. La batería original, que Samsung compró de un proveedor, tuvo una falla de diseño, pues su carcasa externa era demasiado pequeña para sus componentes internos, lo cual podía causar cortocircuitos y explosiones.

La segunda batería, que procedía de otro proveedor, no tuvo el mismo defecto, dijo Justin Denison, jefe de estrategia de producto y marketing de Samsung, en una entrevista antes de la conferencia de prensa. Pero ante la presión tras el escándalo suscitado y la necesidad de cambiarle a la batería a miles de equipos que venían siendo revisados, el proveedor cometió un defecto de fabricación que llevó al mismo resultado.

Aunque Samsung no ha querido revelar quiénes fueron los proveedores, la Consumer Product Safety Commission de EE.UU. ha revelado que Samsung SDI (una empresa del grupo Samsung independiente de Samsung Electronics) fabricó las primeras baterías y que Amperex Technology de Hong Kong aceptó que proveyó el segundo lote.

Las explicaciones de Samsung llegan a pocas semanas del Congreso Mundial de Móviles, donde las principales fabricantes de celulares presentan sus más recientes dispositivos: este año, Samsung ha preferido no presentar su nuevo Galaxy S8 y su acompañante, el Galaxy Note 8, en el evento. El lanzamiento ha sido retrasado hacia mediados de año, a fin de extender el lapso en que la surcoreana pueda hacer lo posible para recuperar la confianza de sus clientes. Para ello, vienen examinando con rayos-X y desensamblando las baterías de sus nuevos productos, como medidas de seguridad. La coreana señala que estos procesos le corresponden a los fabricantes de partes, pero que ante lo sucedido han decidido adoptarlos también para reforzar la seguridad de sus equipos.

Hans Huerto

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