Nadie “lee” mejor las emociones humanas que un músico profesional

Un equipo de investigadores de Holanda descubrió que los músicos profesionales, comparados con el común de personas sin experiencia ni educación musical, “leen” mejor las emociones, gracias a una combinación de estímulos visuales y auditivos. Así, para los músicos resulta más fácil interpretar las emociones de los demás por su aspecto y voz. El artículo fue publicado en la revista Psychology of Music.

Con frecuencia, psicólogos y musicólogos estudian la peculiar percepción que tienen los músicos con el objetivo de comprender si esta depende de la profesión o para entender su efecto en la interpretación musical. Sin embargo, estudios prácticos se llevaron a cabo, en su mayoría, dentro del campo musical (por ejemplo, cómo los músicos y los no músicos evaluaron el adelanto o retroceso de un audio en una interpretación de piano). Son pocos los casos en donde la materia de estudio era la voz humana. 

Los autores de la nueva investigación decidieron presentar a los participantes una combinación de imágenes visuales y auditivas, como la fotografía de una persona y un gruñido sin articular palabra, para que estos determinen qué emoción están expresando. 

Para saber cómo las personas interpretan la información emocional audiovisual, los investigadores usaron una versión adaptada del test de Stroop. En 1935, el psicólogo estadounidense John Ridley Stroop creó un método para analizar si existe interferencia en el procesamiento de los diversos estímulos visuales que compiten entre sí. El fenómeno que descubrió se denomina “efecto Stroop”, y consiste en que notar cómo a una persona le cuesta más leer el nombre de un color cuando las letras con las cuáles está escrita la palabra están pintadas de un color distinto. Por ejemplo, la palabra “verde” escrita con letras rojas. El test también ha sido utilizado para evaluar las conclusiones que hacen las personas cuando las señales que pasan por diferentes canales sensoriales son contradictorias. Así, en el caso del estudio actual, se determinó que los estímulos visuales fueron más importantes que los auditivos al momento de interpretar las emociones. 

Durante el experimento, los científicos trabajaron con dos grupos de 16 personas cada uno, mitad hombres y mitad mujeres. El primer grupo estaba conformado por músicos que llevaban 5 años de estudios ininterrumpidos y practicaban un instrumento no menos de 2.5 horas semanales. El segundo grupo estaba conformado por personas sin educación musical profesional. Cada participante debía evaluar las emociones de las personas dentro de los rangos de “triste”, “neutro”, “alegre”, según las fotografías o las voces o una combinación de ambos. La emoción expresada podía coincidir o no con los estímulos mostrados.

Resultó que al evaluar la combinación de imágenes y sonidos, los músicos arrojaron mejores resultados que el otro grupo, incluso cuando se les pidió concentrarse solo en el estímulo visual de la prueba. Sin embargo, también se descubrió que tanto los músicos como el resto no mostraron mayores diferencias cuando los estímulos eran de un solo tipo, ya sea visual o auditivo. 

Los músicos interpretaron de manera acertada la emoción que transmite una voz en el 95% de los casos cuando la fotografía correspondía con esa misma emoción, y más del 85% cuando la imagen contradecía la emoción de la voz. En estas mismas pruebas, el grupo de personas sin educación musical tuvo un 10% más errores. Asimismo, en el caso de la interpretación una fotografía, los músicos tuvieron un acierto un 95% de veces cuando esta coincidía con la voz, y un 90% cuando la voz era contradictoria. De igual manera, los no músicos tuvieron 2% y 5% más de errores en ambas pruebas, respectivamente.  

Los científicos encuentran tres posibles explicaciones para comprender por qué los músicos están mejor adaptados para lidiar con estímulos complementarios o contradictorios entre si. Primero, porque las lecciones de música desarrollan la percepción visual, ya que estas entrenan a la persona para convertir los estímulos visuales (la partitura) en sonido (la música). Segundo, como los músicos perciben e interpretan mejor la información auditiva, entonces es posible que esta habilidad también se aplique para procesar información recibida a través de otros canales de percepción. Finalmente, porque al aprender a tocar un instrumento musical, las personas no solo se entrenan para aislar matices de sonido, sino también para ignorar sonidos innecesarios. 

Todavía se siguen estudiando los aspectos emocionales de la música entendida como el arte más abstracto de todos. Así, los investigadores de distintas ramas de la ciencia, todavía no se ponen de acuerdo en decidir si son idénticas las emociones que sentimos en la realidad con las que se despiertan al escuchar cierta música. 

Alla Burtseva

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