El terrorista de Munich es un alemán-iraní de 18 años

Todavía queda mucho por aclarar sobre el tiroteo en un centro comercial de Múnich en el que 9 personas fueron asesinadas este viernes y otras 16 han resultado heridas, tres de ellas de gravedad. La Policía investiga qué pudo ocurrir y por qué un joven alemán de 18 años y de origen iraní pudo cometer el crimen y acabar suicidándose.

En una primera comparecencia durante la madrugada, las autoridades realizaron una reconstrucción inicial de cómo fue el tiroteo y las horas posteriores. Ésta es la cronología:

El autor del tiroteo de Múnich disparando en plena calle

  • 17:50 horas del viernes: La Policía recibe varias llamadas de testigos que informan de un tiroteo en la zona de Hanauer Straße, muy cerca del centro comercial Olympia, en Moosach.
  • En un primer momento y, según las declaraciones de varios testigos, la Policía sospechó que el ataque estaba siendo perpetrado por tres individuos con armas de fuego.
  • El joven, vestido de negro y con botas militares, sacó una pistola y comenzó a disparar indiscriminadamente contra los transeúntes, incluyendo niños y adolescentes, a las puertas de un McDonalds junto al centro comercial. Después se trasladó al Olympia donde continúo con los disparos.
  • 18:20 horas: Cientos de policías irrumpen en el centro comercial y comienzan a evacuar a las personas que se encontraban en su interior. La gente corría de un lado a otro del centro y buscaban un escondite en las tiendas y debajo de las escaleras del complejo.
  • Paralelamente, se movilizan todas las fuerzas policiales de Múnich, de Baviera, de Baden-Württemberg y Hessen, además de agentes de la unidad de operaciones especiales antiterrorista de la Policía Federal Alemana y 42 oficiales de la Fuerza Especial Cobra, desplegados por Austria.
  • 19:47 horas: La Policía informa de que se desconoce el número de atacantes y su paradero y solicita a la gente que no salga de sus casas.
  • 20.30 horas: Aunque en un primer momento la Policía aseguró que había encontrado a un kilómetro del centro comercial el cadáver del atacante después de haberse suicidado, el sábado confirmó que el sospechoso se mató frente a los agentes. «A eso de las 20:30 horas, una patrulla de la policía de Múnich entró en contacto con el presunto autor al norte del centro comercial Olympia. Cuando los agentes le hablaron, sacó un arma, se la puso en la cabeza y disparó«, indicó un comunicado. Se trata de un joven alemán de origen iraní de 18 años con ambos pasaportes que vivía en Múnich desde hace tiempo con sus padres. Las primeras informaciones apuntan a que perpetró el ataque en solitario, desmintiendo los datos de los testigos que señalaban la existencia de otros dos asaltantes.
  • 01:42 horas: La Policía deroga la advertencia para que la población no abandone sus casas y la ciudad trata de volver poco a poco a la calma.

 

Vuelve el terror al corazón de Europa y encima está el rostro del último que lo ha traído. Aunque las primeras versiones hablaban de tres pistoleros que dispararon a transeúntes y clientes de un restaurante, la policía informó en la madrugada de este 23 de julio de 2016 que solo hubo un terrorista, que mató a nueve personas y dejó a 16 heridas antes de suicidarse.

La mayor parte de las víctimas del brutal ataque son jóvenes que salieron a disfrutar de una tarde de viernes en las cercanías del centro comercial Olympia. Ocho de los nueve muertos tienen entre 14 y 21 años.

La policía alemana, para evitar indeseables reacciones sociales y como hizo tras las violaciones masivas perpetradas por refugiados de origen musulmán durante las psadas fiestas de Nochevieja en Colonia y otra ciudades, se la agarra con papel de fumar.

De salida, ha descartado que David S, el asesino germano-iraní de 18 años, tenga vínculos con el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

Los investigadores han informado este sábado que el sospechoso estaba en tratamiento por depresión.

Además, la policía sospecha que había convocado a varias personas a través de Facebook en el McDonalds, donde cometió el ataque. La policía, que registró la vivienda del sospechoso en Maxvorstadt, un céntrico barrio de la capital bávara Munich, encontró allí información —libros y artículos— sobre matanzas masivas, pero ningún vínculo que hagan pensar en un móvil islamista.

A pesar del origen del atacante, la policía sigue diciendo que los motivos del ataque no están nada claros.

Esta misma semana, el Estado de Baviera había sufrido un atentado islamista cuando un refugiado afgano de 17 años atacó con un hacha a varios pasajeros de un tren regional.

El caos se apoderó el viernes del centro de Alemania. El atacante empezó el tiroteo en un restaurante de la cadena McDonald’s en Múnich, y posteriormente se desplazó a un centro comercial que se encontraba enfrente, próximo al parque olímpico.

Al principio se habló de tres agresores que se habrían dado la fuga a través una boca de metro, lo que provocó un impresionante despliegue policial para tratar de encontrar a los responsables de la matanza.

En una muestra de la desesperación ante las dificultades para dar con los terroristas, la policía, que movilizó a 2.300 agentes, pidió a los ciudadanos que abandonaran los espacios públicos.

Ya de madrugada, la policía informó de que se trataba de un único atacante y de que se había suicidado. El cadáver apareció a un kilómetro del centro comercial y, de acuerdo con la televisión bávara, llevaba una mochila roja.

Hubertus Andrae, jefe de la policía, le describió como un joven alemán-iraní de 18 años que vivía «desde hace tiempo» en Múnich, sin antecedentes ni vínculos islamistas conocidos.

La capital bávara vive este tiroteo cinco días después de la agresión protagonizada por un joven refugiado en un tren, que dejó dos heridos que se debaten entre la vida y la muerte. Lo ocurrido el viernes es aún más grave. El atacante comenzó el tiroteo en torno a las 17.50. Las imágenes grabadas en el lugar muestran escenas de pánico, con gente gritando y tratando de ponerse a cubierto.

La situación era caótica. Las fuerzas de seguridad pedían a los ciudadanos que se metieran en sus casas o evitaran los lugares públicos. También solicitaban que no publicaran grabaciones o vídeos para no dar pistas a los responsables del ataque sobre la reacción policial. “No apoyéis a los agresores”, decía un mensaje de la policía de Múnich en Twitter, en alemán y en inglés. En esa red social, la policía también animaba a los ciudadanos a que acogieran a gente que no podía resguardarse en sus casas a través del hashtag #puertasabiertas.

Toda la red de autobuses y metro de la ciudad fue primero desviada para evitar la zona y después suspendida. También fue evacuada la estación central de trenes y se detuvo el tráfico ferroviario.

El policía admitió que los motivos del ataque «no estaban claros en absoluto».

El joven no llevaba armas largas, únicamente una pistola. Andrae explicó que inicialmente se buscaba a tres sospechosos ya que algunos testigos habían visto a dos personas abandonando el lugar del tiroteo en un coche a gran velocidad, pero posteriormente se comprobó que no estaban involucrados.

Entre los nueve muertos había varios adolescentes, y entre los 16 heridos, tres de ellos en estado muy grave, hay niños, aunque el policía no dio más detalles.

La situación durante la noche del viernes fue de alarma extrema, que se levantó de madrugada. La policía hablaba de «alta alerta terrorista».

El hecho de que no se supiera ni el número total de víctimas ni, sobre todo, dónde estaban los responsables tuvo a toda la ciudad, y a toda Alemania, en vilo.

La policía quiso ser cautelosa ante la confusión en torno al tiroteo, pero al final de la tarde un portavoz admitía que todas las sospechas apuntaban a un acto terrorista.

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