Fueron sin discusión, los ganadores de la medalla de oro en el concurso de sexo ardiente de los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016.
Varios medios de comunicación brasileños han desvelado que el tórrido affaire sexual tuvo lugar en la Villa Olímpica en la noche del lunes 8 al martes 9 de agosto.
Ingrid de Oliveira, competidora de salto de trampolín de 10 metros, disfrutó de una noche «maratoniana y apasionada de sexo» junto al remero Pedro Gonçalves.
El problema, según los periodistas cariocas, es que lo hizo perjudicando el rendimiento deportivo de la pareja brasileña, que a priori partía con opciones de medalla.
La noche anterior a la competición, Ingrid le pidió a Giovanna Pedrosa -su compañera de saltos- que le dejara la habitación libre para pasar la noche con Pedro Gonçalves, algo a lo que se negó la saltadora argumentando la necesidad de descansar bien para poder rendir adecuadamente al día siguiente.
Finalmente, según detallan los medios brasileños, Giovanna cedió ante la insistencia de Ingrid y el resultado -quizá porque la maciza Ingrid llegó a la prueba agotada de tanto darle y darle en la cama- fue que la pareja acabó en última posición en la ronda de clasificación.
Por ello, el Comité Olímpico Brasileño pidió explicaciones a sus dos competidoras y fue entonces cuando Giovanna informó al COB de lo sucedido entre Ingrid y Pedro, hecho que no pudo negar la saltadora brasileña, plata en los Panamericanos de 2015, y que le ha provocado una falta disciplinaria grave:
«Todo el mundo puede cometer un error», zanjó Ingrid.
El suyo le ha costado una opción de medalla a su país.
