AMERICA LATINA

Los atracadores nunca llegan a viejos… los acribillan como perros

Delincuencia, desigualdad, narcotráfico, robos, asesinatos, guerras entre bandas, violencia de género, narcotráfico… En Latinoamérica la delincuencia es rampante y la respuesta feroz.

Todo se suele acabar pronto, pero entre dolor y muerte. Matan los maleantes, mata a granel la Policía, mata el Ejército y matan hasta los vecinos, en ocasiones en defensa propia y muchas aplicando eso tan espantoso que han dado en llamar ‘justicia popular’.

Estadísticas oficiales en la mano, América Latina es el centro mundial del asesinato y la Venezuela chavista su ‘paraíso’.

En las últimas dos décadas más de 300.000 venezolanos fueron asesinados, lo que arroja un promedio de al menos 41 homicidios por día bajo el régimen de los amigos de Podemos.

La mortuoria cuenta la lleva el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), una organización no gubernamental que investiga los índices delictivos junto a varias universidades en vista del oscurantismo con que el régimen maneja estos datos.

«Hace 20 años tuvimos 4.550 homicidios al año (…) y ahora, al año, tenemos 25.000 muertes violentas», reportó el director de la ONG, Roberto Briceño León, tras recordar que hubo años más violentos que el anterior, cuando la cifra de víctimas fue de 28.000.

Al ahondar sobre las características de las víctimas y los victimarios, los informes del OVV reflejan una semejanza innegable: casi todos son hombres, jóvenes y pobres.

Según estos datos, más del 60% de los asesinados en los últimos 20 años (cerca de 200.000) tenían entre 14 y 29 años cuando perdieron la vida, en tanto que el 90% eran hombres y más del 80% vivían en la pobreza.

Del lado de los victimarios, las características son muy similares, con el alarmante dato sobre la edad de incorporación a la delincuencia, que ha ido bajando hasta los 12 años, aunque abundan casos de antisociales con 10 y 11 años.

Aunque el delito más común en Venezuela es el robo, la violencia es medida principalmente por los asesinatos, pues las víctimas de los ladrones, cada vez en mayor medida, optan por no reportar flagelos menores.

Esto ocurre, según el OVV, debido a la impunidad «casi absoluta» que impera en el país, donde en el 92% de los casos de homicidios «no hay ni siquiera una persona arrestada».

Otra consecuencia de esa falta de respuesta por parte de las instituciones es el uso de la «justicia privada», que ha incrementado en los últimos años los casos de linchamiento y de asesinatos por encargo, «que ocurren en situación de impunidad y pérdida del Estado de derecho».

Además, la violencia y la crisis económica nacional son los catalizadores indiscutibles de la masiva migración de venezolanos en los últimos 20 años que, según estimaciones, ha llevado a unos cinco millones de personas a abandonar el país con las mayores reservas probas de petróleo del mundo.

«El no sentirse seguro, el haber sido víctima de un atraco, de un secuestro (…), primero afectó a la clase media alta, luego a los trabajadores (…), en los últimos tres años (animó) la salida masiva de sectores populares», sostiene Briceño León sobre este éxodo, que ha incluido, advierte, la migración de algunos delincuentes.

Los antisociales «no encuentran mercado y posibilidades en el país (…), ya no hay personas a quien robar», y por ello deciden emigrar hacia «otros destinos para continuar sus fechorías», al mismo tiempo que decenas de miles de venezolanos dejan su país para «huir del hambre».

El OVV considera que la veintena de planes de seguridad aplicados por la llamada revolución bolivariana desde 1999 no han sido efectivos y «no han tenido como propósito mejorar la seguridad», sino mantener al chavismo en el poder.

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