El Estado Islámico persigue de manera explícita ya a los seguidores del fútbol en su particular cruzada contra occidente. Equipos como el Real Madrid y el Barcelona o jugadores como Messi y Cristiano Ronaldo no pueden ser objeto de culto a riesgo de ser azotados.
Con la memoria aún fresca del ataque que dos semanas antes sembró de muerte una peña madridista de la ciudad iraquí de Balad, un nuevo atentado golpeó este 12 de mayo de 2016 a los seguidores del Real Madrid en el país árabe. Al menos 12 personas han muerto y otras 8 han resultado heridas después de que unos hombres armados abrieran fuego a última hora de este sábado mientras los forofos asistían por televisión a la final de la Champions League en la que los blancos lograron su undécima Copa de Europa.
La arremetida se registró este sábado en un café de Miqdadiyah, una ciudad de la provincia de Diyala que se halla a unos 80 kilómetros al noroeste de Bagdad y a unos 30 kilómetros de Baquba, la capital de Diyala.
La villa, con unos 298.000 habitantes, tiene población suní y chií así como presencia de las minorías kurda y turcomana. Según la asociación madridista, la tragedia se desencadenó cuando unos hombres armados irrumpieron en el local donde unos hinchas merengues seguían el partido que disputaban el Real Madrid y el Atlético de Madrid y comenzaron a disparar indiscriminadamente.
