HAY GENTE PARA TODO

Las 18 cosas que haces mal cada día y de las que no te habías dado cuenta hasta ahora

Hay muchas cosas que hacemos mal, pero por suerte siempre hay un listillo que nos viene a sacar de la ignorancia.

¿Sabías que solemos echar la leche y los zumos de la manera equivocada o que no colocamos correctamente la pajita en un refresco de bote?

UNAS PISTAS PARA AYUDARTE

Ya sea por la falta del tiempo o, simplemente, por desconocimiento, lo cierto es que en muchas ocasiones llevamos a cabo tareas básicas de forma errónea sin darnos cuenta.

La tradicional forma de abrir un bote (intentando girar su tapa con la mano) es errónea.

Por el contrario, lo que hay que hacer es introducir la punta de un cuchillo entre la tapa y el cristal para que el interior del tarro tome aire.

Eso hace que la tarea sea mucho más sencilla.

Tampoco sabemos bebernos un refresco directamente de la lata con pajita. ¿La razón? Lo correcto es darle la vuelta a la anilla, introducir la pajita por el agujero superior, y que esta haga de soporte.

La mejor forma de servir patatas «chips» no es arojándolas sobre un plato, sino formando un cubo arrugando la bolsa. De esta forma, evitaremos tener que lavar posteriormente un recipiente. Todo un logro para los más reticentes a realizar las tareas del hogar.

El cuarto lugar lo ocupa el papel de aluminio, el cual suele dar más de un calentamiento de cabeza a la hora de ser cortado.

Los envoltorios en los que se vende están preparados para segarlo sin problemas y sin necesidad de sacarlo de la caja.

La cocina parece ser el lugar idóneo para cometer errores, pues los siguientes fallos los cometemos al abrir un tetrabrik y servirnos su contenido (hay que darle la vuelta para evitar que salpique) y pelar ajos (tarea que se puede realizar sin necesidad de ensuciarse las manos metiéndolos en un bote y, posteriormente, agitándolo).

Servir palomitas tampoco es algo que hagamos bien. Usualmente, solemos buscar una por una las semillas para quitarlas, cuando lo mejor es abrir un poco la bolsa y agitarla para que éstas salgan sin dificultad alguna.

Finalmente, tras realizar todas estas tareas tendremos que lavarnos las lavarnos las manos, pero no de la forma habitual, sino sacudiéndolas previamente hasta una docena de veces antes de que pasen por el papel. De esta forma, se evita el exceso de humedad.

Sin embargo, no solo nos equivocamos cuando nos encontramos en la cocina, sino que tampoco sabemos atarnos los cordones correctamente o, incluso, asegurar dos cables enchufados entre sí para que no se separen (en este caso, lo mejor es hacer un nudo previamente).

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