Una pareja de policías ha dado el alto a un vehículo. De repente, para otro coche frente a ellos y de él sale un padre con un bebé en brazos que se está ahogando. Grita, ‘rápido, al hospital’. Los policías no hacen preguntas; a ciento cuarenta por hora, con las sirenas puestas, se dirigen al hospital más cercano.