La ministra de Zapatero que trabaja para Berlusconi

Con experiencia como empresaria y gestora, no se le conoce ninguna en el ámbito audiovisual y no parece, al menos a simple vista, la persona más indicada para ayudar a tomar decisiones que eviten las bajadas de audiencia en los últimos tiempos. Pero todo tiene una explicación.

La que fuera titular de la cartera de Ciencia y Tecnología con el último ejecutivo socialista colecciona asientos en consejos de administración desde que dejó la política. El último gran fichaje de Berlusconi en su filial ibérica conserva un físico espectacular a punto de cumplir 56 años. Su elegancia solo es comparable a su currículo profesional: doctora en Biología, MBA y, por supuesto, ex ministra. Tras las elecciones del 20 de noviembre de 2011, Cristina Garmendia cesó como ministra de Ciencia e Innovación y retomó su faceta empresarial. A los pocos meses de abandonar su breve carrera política, volvió al consejo de Everis, como socia y consejera de YSIOS y accionista de Genetrix. Al mismo tiempo, asesoraba a diversas entidades, tanto públicas y privadas. Entre estas últimas destaca su participación como consejera Profesional de ESADE, o la del consejo asesor de la Asociación Madrid Network. Entre las públicas cabe destacar al Gobierno de Colombia: formó parte de un consejo asesor internacional del Gobierno del Presidente Santos, según recoge Informalia.

Garmendia también saca tiempo para promover la creación de nuevas empresas de base tecnológica. En mayo de 2012, seis meses después de cesar al frente del ministerio de Innovación, participó como inversora, junto con Andreu Buenafuente y un grupo de business angels, en Bananity. Desde 2014 preside tanto la Fundación Cotec como la Fundación España Constitucional, integrada por 40 ex ministros, en defensa de los valores constitucionales. No para.

Precisamente como presidenta de Cotec, Cristina Garmendia, acude este viernes 12 de enero a la escuela de ingenieros Tecnun de la Universidad de Navarra para intervenir en la I Conferencia de Women for Science and Technology con una ponencia. Cotec nació en 1990 por iniciativa del Rey Juan Carlos «para estrechar la brecha entre España y las economías más tecnológicamente avanzadas», dice en su propia web. Su misión es hacer de la innovación un motor de desarrollo económico y social.

Está claro que la altura profesional de Garmendia es tan elevada como su talla. Esta donostiarra levantaba suspiros en los pasillos y despachos de su ministerio. Una funcionaria que trabajó allí en aquella época describe sus apariciones en escena «como las de Julia Roberts con un anuncio de fragancia». El blanco era uno de los colores favoritos de esta mujer que amuebló el edificio que le dieron con sofás carísimos de piel.

La llamaban la ministra fashion. Dicen que no le disgustaban los aduladores. Algunos de sus enemigos se empeñaban en contar que empleaba más tiempo en arreglarse con los caros modelos que lucía que en diseñar una política estratégica a largo plazo. Su vicepresidente económico y compañero en el Gobierno, Pedro Solbes, ha repetido este miércoles en la Comisión de investigación de la crisis financiera que se desarrolla en el Congreso que pecaron de falta de previsión con la crisis que asoló España. En los Presupuestos Generales del Estado de un año tan terrible como el 2008, un trozo de la partida destinada a Ciencia e Innovación se destinó a pagar cosas como la decoración de los inmuebles en donde trabajaba Cristina Garmendia. Su vinculación con el PSOE señala a Miguel Sebastián, ministro de Industria con Zapatero, ex director de su Oficina Económica y ex candidato a la alcaldía de Madrid. Según las fuentes socialistas consultadas, Miguel Sebastián recomendó personalmente a Cristina Garmendia al presidente del Gobierno para ministra.

La ministra de Zapatero con más patrimonio (declaró que poseía más de cuatro millones de euros hace ya diez años), no tiene apenas manchas conocidas en su carrera pero sí algún detalle que apunta a su origen de señora bien de clase alta. Según publicó en su día Interviú, Garmendia despidió a una empleada doméstica en 1997 porque estaba embarazada. La contrató por agencia, y la puso de patitas en la calle de forma taxativa, advirtiéndola de que llamaría a la policía si no se iba de inmediato, siempre según el semanario. No tenemos la versión de la ex ministra.

Cristina está casada en segundas nupcias con Rubén Celaya, un empresario e ingeniero con más tacto que su mujer, según una persona que trabajó en su casa. Cristina es madre de dos hijos, Ander, de 22 y Teresa, de 20. Y su marido ingeniero es padre de otros dos hijos, fruto de una relación anterior.

La nota de prensa que mandó Mediaset sobre Garmendia se limitaba a cumplir con el artículo 228 de la Ley del Mercado de Valores y daba fe de la renovación de su Consejo de Administración con el nombramiento de la expresidenta de UNICEF-Comité España, Consuelo Crespo Bofill; el exconsejero delegado de Sogecable, Javier Diez de Polanco, y la exministra de Ciencia e Innovación y Cristina Garmendia Mendizábal como consejeros independientes de la Sociedad.

Estos nombramientos forman parte de los acuerdos aprobados el pasado 20 de diciembre por el Consejo de Administración de Mediaset España, en cuya reunión se produjo la salida de Ángel Durández Adeva, José Ramón Álvarez-Rendueles y Borja Prado de Eulate como consejeros, por haber transcurrido el plazo legalmente establecido de 12 años para que pudieran seguir ostentando la condición de consejeros independientes.

La ex ministra es doctora en Biología y tiene un MBA, pero sus conocimientos en el mundo de la comunicación y el periodismo, y las audiencias, son una incógnita. En todo caso hemos sabido que Telecinco no fue nunca la cadena preferida de una mujer con un curriculum apabullante en diversos ámbitos, aunque criticada por sus labores de gestora al frente de un ministerio que decoró bien (sin reparar en gastos) pero gestionó no tan bien. Su presupuesto inicial fue recortado posteriormente hasta la desaparición del ministerio como tal.

Un experto consultado por Informalia interpreta la aproximación de Garmendia a Berlusconi, empresarialmente hablando, como un primer paso de la bióloga para situarse en la línea de salida hacia el objetivo que realmente ambiciona. Ser CEO de una empresa que cotice en el IBEX. ¿Quién se va a atrever a afirmar que no es bueno que haya más mujeres en ese Olimpo empresarial, junto a Patricia Botín?

Fuente: Informalia/Leer más

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