La entrada del Ejército Rojo en Berlín

La batalla de Berlín fue la última gran batalla en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Comenzó el 20 de abril de 1945 tras el inicio de una gran ofensiva de la Unión Soviética sobre la ciudad, capital del Tercer Reich, y finalizó el 2 de mayo de 1945, cuando los defensores alemanes rindieron la ciudad al Ejército Rojo.

El 12 de enero de 1945, el Ejército Rojo entró en territorio alemán durante la ofensiva del Vístula-Óder y avanzó hacia el oeste a una gran velocidad, de hasta cuarenta kilómetros al día, internándose en Prusia Oriental, la Baja y Alta Silesia y Pomerania Oriental, hasta detenerse temporalmente a sesenta kilómetros al este de Berlín, en una línea defensiva alemana junto al río Oder. Cuando se reanudó la ofensiva, dos frentes soviéticos —grupos de ejércitos— atacaron Berlín desde posiciones al este y sur, mientras que un tercero atacó las posiciones alemanas al norte de la ciudad.

Los primeros preparativos para defender las afueras de Berlín comenzaron el 20 de marzo, cuando el recién nombrado comandante del Grupo de Ejércitos Vístula, el general Gotthard Heinrici, anticipó correctamente que el grueso de las tropas soviéticas atravesaría el río Oder. Antes del inicio de la batalla de Berlín, los soviéticos consiguieron rodear la ciudad gracias a sus victorias en las batallas de las Colinas de Seelow y Halbe. El 20 de abril de 1945, el Primer Frente Bielorruso dirigido por el Mariscal de la Unión Soviética Georgy Zhukov comenzó a bombardear el centro de Berlín, mientras que el Primer Frente Ucraniano dirigido por el Mariscal Ivan Konev, empujó al sur a los restos del Grupo de Ejércitos Centro. Los defensores alemanes estuvieron dirigidos principalmente por Helmuth Weidling, y consistieron en agotadas, mal equipadas y desorganizadas divisiones de la Wehrmacht y las Waffen-SS, a los que se sumaban muchos voluntarios extranjeros de las SS y voluntarios mal entrenados de las Juventudes Hitlerianas y el Volkssturm. Durante los días que duró la batalla, los soviéticos avanzaron rápidamente a través de las calles de Berlín hasta llegar al centro de la ciudad, donde los combates se libraron cuerpo a cuerpo y casa por casa.

El 30 de abril, Adolf Hitler, Führer de Alemania, se suicidó, al igual que muchos de sus altos cargos y seguidores incondicionales. A pesar de que la URSS quería tomar Berlín el día 1 de mayo, para hacerla coincidir con el Día de los Trabajadores, finalmente los defensores rindieron la ciudad el 2 de mayo de 1945. Sin embargo, los combates callejeros continuaron en el noroeste, oeste y sudoeste de la ciudad hasta la rendición incondicional de la Alemania nazi, ocurrida una semana después, el 8 de mayo —9 de mayo en la Unión Soviética—. Numerosas unidades alemanas marcharon hacia el oeste para entregarse a los Aliados occidentales en lugar de ser capturados por los soviéticos.

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