La casa inteligente y autónoma ya es una realidad

Mientras me adentro en el vestíbulo de la casa de Simon Daykin en New Forest, al sur de Inglaterra, su reloj inteligente se activa desenfrenadamente.

Simon comienza a recibir mensajes de la propia casa avisándole de que hay alguien en su interior que no es capaz de reconocer.

«A medida que entras, nuestras tecnologías te detectan», me explica.

«Hay cámaras en los sensores de alarma antirrobo y un sistema de reconocimiento facial en la casa».

«Si es alguien a quien ‘conoce’, me lo dice. Y si es alguien a quien no ‘conoce’, me lo dice también».

Simon selecciona una de las imágenes de las cámaras de CCTV que ha recibido y agrega mi nombre en ella. Eso parece satisfacer a la casa (por ahora).Los dispositivos también le permiten hablar con los repartidores a través de su celular si la casa está vacía y asegurarse de que dejan los paquetes en el lugar correcto.

Fue muy útil cuando su hija se cayó y la familia pudo compartir las imágenes con los médicos del hospital para ayudarles a comprender cómo se había lesionado.

Es uno de los muchos sistemas que Simon ha desarrollado en los últimos cuatro años para crear su propia casa inteligente, usando una combinación de equipos comprados listos para usar, unas pocas mini computadoras Raspberry Pi y sus propios conocimientos tecnológicos.Dice que lo más difícil fue lograr que todas las partes se coordinaran entre sí.

Es u trabajo que requiere pasión y no todo ha sido barato, pero dice que se está autofinanciando poco a poco gracias al dinero que le permite ahorrarse en facturas de energía.

Su familia se implicó en una iniciativa gubernamental para usar una caldera de bolitas fabricadas a partir de maderas recicladas, la cual está programada para encenderse solo una vez al día y reduce su gasto de agua en un 40% recolectando agua de lluvia.Además, las bombillas LED han disminuido enormemente las facturas de la luz.

La primera motivación de Simon fue reducir el consumo energético de su familia y está muy orgulloso de sus resultados.

Recopila datos para configurar la casa de manera que sea lo más eficiente posible; los sensores lo observan todo, desde la humedad hasta la calidad del aire, la temperatura y las cadenas de los inodoros.

Cerca de la lavadora, en la zona donde muchos dejan el detergente, los Daykins tienen un «centro neurálgico» de alta tecnología donde 2 kilómetros de cable proporcionan datos al servidor central de la casa.De momento, controlar esta tecnología requiere de su aportación pero con el aumento de la inteligencia artificial, espera reducir su propio papel en los procedimientos.

«Recibo muchas actualizaciones de la casa pero es muy experimental y me gusta porque sé lo que está ocurriendo», explica.Pero, según Simon, «uno de los próximos grandes pasos es poder hablar con la casa o usar un asistente digital para no tener que tocar nada».

«Mi objetivo final es que la casa sea tan consciente de lo que quiere y de lo que uno quiere que reaccione sin tener que decírselo».

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