«Podemos está agazapado, a la espera del PSOE»

La tesis de José Luis Roig en laSexta Noche de este 13 de agosto de 2016, en contra de los defendido por Paco Marhuenda, fue que Podemos tiene una crisis interna de padre y muy señor mío:

«Podemos está agazapado en espera de lo que haga el PSOE, pero deberían ir demostrando que son otro partido; su actitud es decepcionante».

La realidad es que Pablo Iglesias ha desaparecido totalmente de la escena política tras las elecciones generales del 26-J y su reunión posterio con el Rey. La rueda de prensa que ofreció después del encuentro fue de bajo perfil.

Nada que ver con las que protagonizó después del 20D, sobre todo aquella en la que ofreció un Gobierno de coalición a los socialistas con él como vicepresidente. Pero las cosas han cambiado sustancialmente.

Podemos ha perdido todo el protagonismo al ser irrelevante en las negociaciones para formar Gobierno.

Iglesias deja las comparecencias públicas a Íñigo Errejón, que en la última pidió a Pedro Sánchez que resista en el no y que luego trate de buscar una alianza de izquierdas, anunciando que su partido sería muy flexible. El PSOE cree, sin embargo, que a Podemos le interesa que se acabe absteniendo para ocupar el espacio de la oposición.

La formación morada ha entrado en depresión después de fracasar en su intento de sorpasso a los socialistas, que daban por hecho.

Su parálisis política es de tal envergadura que no ha presentado una sola iniciativa en el Parlamento, lo que contrasta con la anterior, cuando se adelantó a los demás partidos y registró, entre otras, la Ley 25 de emergencia social, que tan urgente le parecía entonces. En los apenas 25 días que lleva abierto el registro, el PSOE ha presentado ya 118 iniciativas.

Lecturas agosteñas

El siempre locuaz Iglesias ha enmudecido, sumergido, si hacemos caso a su cuenta de Twitter, en las lecturas agosteñas. No aparece tampoco en las televisiones amigas, siempre dispuestas a que se oiga su palabra.

Su penúltimo golpe de efecto, que fue tratar de colocar a Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem, como presidente del Congreso le salió mal. El de Galicia, donde ha tenido que plñegarse a las exigencias de ‘En Marea‘ y aceptar ir sin siglas y en coalición, todavía peor.

Es evidente que no se ha repuesto del fracaso que supuso su apuesta personal por la alianza con IU, a la que en su día se opuso Errejón.

Podemos se enfrenta a la aburrida tarea de convertirse en un partido convencional sin perder la frescura que le caracterizó desde su nacimiento, una transformación que en palabras de Iglesias «acojona» y podría acabar en una «hostia de proporciones bíblicas».

De momento, las ocho semanas que han transcurrido desde el 26J se le están haciendo muy largas.

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