Por primera vez desde que su mujer fuera ingresada el pasado 6 de octubre, Javier Limón ha podido abrazar a su mujer, que hoy mismo ha abandonado el aislamiento al confirmarse que no quedan restos de virus ébola en ninguno de sus fluidos. «Ella está feliz y contenta y encantada con sus compañeros. Ahora está empezando a recordar los días que estuvo muy malita», ha explicado Javier, que ha confirmado que tomarán medidas legales. «Pido es que se haga justicia porque nos han destrozado la vida.»