Isabel Pantoja ha entrado en prisión con informes médicos que certifican que padece una depresión y claustrofobia. El examen psicológico protocolario al que se someterá en las próximas horas lo confirmará. Aunque la tonadillera ya tuvo que pasar por el trance de combinar una celda con esa angustia patológica a permanecer en lugares cerrados.
En Alcalá de Guadaira entra a formar parte de una comunidad de 150 reclusas, la mayoría de ellas en segundo y tercer grado, que reciben a Isabel Pantoja, una de las figuras más relevantes de la crónica social de las últimas décadas. Pero lo cierto es que la artista será una más.
Tendrá 40 minutos a la semana para verse con su familia y podrá hacer llamadas telefónicas. Como todas al llegar se le ha facilitado un kit básico con papel higiénico, dentífrico, cepillo dental, cubiertos de plásticos, un peine, en fin, lo justo.
