El gran simio 'evoluciona' frente a sus ojos

‘Louis’, el gorila ‘bípedo’, deja atónitos a los turistas

Un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B

En el zoológico de la ciudad estadounidense de Filadelfia (Pensilvania), un gorila camina erguido como un humano para evitar ensuciarse sus extremidades superiores.

Recientemente, las imágenes del gorila ‘limpio’ fueron publicadas por el propio zoológico en las redes sociales, dejando atónitos a los internautas.

«Los gorilas en ocasiones caminan sobre dos patas, aunque no es común. Pero a ‘Louis’ (como se llama el primate) a menudo se le puede ver caminando erguido cuando sus manos están ocupadas con alimentos o cuando el suelo está sucio para evitar ensuciarse las extremidades superiores».

Louis‘, de la especie de gorilas occidentales de planicie, es un primate de casi 227 kilógramos de peso y una altura de 1,82 metros.

En su hábitat natural, estos gorilas podrían pararse sobre sus dos patas solo durante unos segundos para poder alcanzar los alimentos, comentaron algunos especialistas.

El personal del Zoológico de Filadelfia incluso ha tenido que instalar una manguera de bomberos sobre un charco de lodo que existe dentro del área de ‘Louis’, para que pueda utilizarla como una cuerda floja y así atravesar el lodazal sin ensuciarse.

AMIGOS PARA SIEMPRE

Una de las características claves del ser humano es que vive en sociedades complejas, estrechadas por fuertes lazos en los que los individuos se ayudan mutuamente o se transmiten conocimientos.

Se suele sugerir que estas sociedades humanas no aparecieron en otros primates, como los gorilas o los chimpancés, porque estos no desarrollaron un «cerebro social» con capacidad para tan complejas interacciones.

Sin embargo, un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B ha concluido que los gorilas tienen sociedades mucho más complejas de lo que se pensaba hasta ahora, con amistades que duran toda la vida y que se forman incluso entre animales que no son parientes.

También celebran grandes reuniones anuales y hay grupos de solteros o núcleos familiares de varios tamaños.

Según han concluido los autores, las sociedades de los gorilas no solo guardan un notable paralelismo con las que se forman en sociedades humanas tradicionales, sino que su existencia sugiere que los orígenes de nuestros sistemas sociales se remontan al ancestro común de humanos y gorilas.

Familias extensas, tribus y viejas amistades

A través del análisis de la frecuencia y la duración de las asociaciones formadas entres los individuos, el equipo de Robin Morrison descubrió la existencia de capas sociales desconocidas: además de la familia inmediata, existe un grupo de «regulares», formado por unos 13 gorilas, que a Morrison le recuerdan mucho a una familia extensa típica de sociedades tradicionales humanas, en las que madres, padres y crías se asocian con tíos, abuelos y primos.

Además de esto, halló otro grupo, formado por unos 39 gorilas, similar a un agregado humano en el que los individuos comparten tiempo sin estar necesariamente vinculados de forma estrecha. Esto es «algo análogo a una tribu o un pequeño asentamiento», en opinión de Morrison.

También averiguó que el 80% de las asociaciones estrechas entre machos dominantes, espaldas plateadas, se establecen en animales no relacionados o relacionados de forma lejana (más allá de medio hermanos).

Esto ocurre en parte porque la mayoría de las hembras pasan su vida en varios grupos, junto a sus crías, lo que permite que los machos formen lazos similares a los de hermanastros, «que pueden llevar a las asociaciones que vemos cuando son adultos», según la investigadora, y que le recuerdan a viejas amistades. Además, los machos solitarios forman en ocasiones grupos de solteros en los que también se establecen importante lazos.

Aparte de todo esto, los investigadores observaron que se celebran grandes reuniones anuales y que se forman en torno a la comida, aunque los científicos han dicho que son tan infrecuentes que les resulta difícil extraer conclusiones certeras sobre ellas.

El origen de la sociedad compleja

Para la investigadora, todos estos lazos garantizan que en el grupo haya la colaboración y la enseñanza necesarias para saber cómo recolectar comida o en qué lugares se encuentra. También ha señalado que ocurre algo similar en animales que se alimentan de fuentes de comida dispersas, como elefantes, babuinos o delfines.

Los chimpancés tienen un modo diferente de vivir en sociedad, porque forman pequeños grupos territoriales que establecen alianzas o que se enfrentan a sus vecinos de forma esporádica. Según Morrison, el hecho de que los chimpancés no tengan estas complejas sociedades, aunque compartan su ancestro común con gorilas y humanos, indica, sencillamente, que estos animales no desarrollaron esta complejidad social.

«Si bien es cierto que las sociedades de primates son muy variadas, podemos ver una estructura subyacente en gorilas que probablemente estuvo presente antes de que nuestras especies divergieran», ha sugerido Morrison. Esta estructura «encaja sorprendentemente bien como modelo de evolución social humana».

Además de ayudarnos a comprender los orígenes de la sociedad humana, en opinión de Robin Morrison estos avances muestran cómo los gorilas, unos animales amenazados,«son profundamente inteligentes y sofisticados y que los humanos quizás no somos tan especiales como nos gusta pensar».

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