Varios licaones habían matado a un kudu -una especie de antílope africano- por lo que gran parte del día se dedicaron a descansar cerca de su presa en el parque nacional Hwange en Zimbabue.
Fue en ese momento cuando uno de ellos fue atrapado y agarrado por el cuello por una joven leona.
Con su presa entres los dientes, la leona comenzó a alejarse.
El licaón no se movía y parecía estar sin signos de vida.
Sin embargo, en un momento dado, el felino se distrajo con otro animal, y licaón aprovechó para reaccionar y liberarse.
Como resultado, la inexperta leona se quedó sin comida.
UN ANIMAL AMENAZADO
Entre los distintos nombres vulgares que se ha dado a estos cánidos está el de «perros salvajes africanos», porque se creía que eran animales de compañía asilvestrados.
Los enfrentamientos entre estos cánidos y los humanos, con quienes compiten por el territorio, los han convertido en pasto de programas de exterminio.
En el siglo XIX los ganaderos de vacuno llegaron casi a erradicarlos para proteger sus reses, pero también se les eliminaba simplemente porque eran considerados alimañas.
Actualmente quedan menos de 5.000 licaones, lo que convierte a esta especie en uno de los grandes carnívoros más amenazados África.