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Amarna Miller: la intelectual metida a actriz porno porque le gusta

Su nombre, en el registro, es Marina, pero sólo se la conoce y mucho como Amarna Miller.

Es un personaje peculiar, surgido del populoso y antaño barrio obrero madrileño de Vallecas y transformada, gracias a su indudable talento en influencer de peso, una vez abandonada su labor como en actriz porno de postín.

Lo porno en Amarna es muy peculiar. Muchos de los actores empiezan en el eufemísticamente llamado ‘cine para adultos’ por una necesidad y dura en el oficio unos pocos meses.

Los que tardan en darse cuenta de que se gana muy poc y no es ni tan placentero ni tan rumboso como lo pinta,

Amarna entró en el mundo de la pornografía a través del arte y, aunque rodó para las grandes productoras, supo cambiar las reglas del juego.

Amarna Miller nació en Madrid el 29 de octubre de 1990 y no tuvo una infancia cómoda.

Fue a los 19 años cuando salió de casa de sus padres y empezó a estudiar Bellas Artes entre Madrid y Nuevo México.

A esa misma edad protagonizaría su primera película porno, dirigida y producida por ella misma mediante la productora Omnia-X.

Un año después, Amarna entraría de lleno en el mundo del porno cuando la empresa Abby Winter contactó con ella para rodar las primeras escenas como profesional. Su ascenso en la industria fue meteórico, tanto que en 2013 se ve obligada a cerrar su productora y empieza a rodar escenas en Estados Unidos. Con ella han contado las grandes productoras como Private, Bang Bros o Sex Art.

Porno ético y feminista
Amarna Miller se ha convertido en algo más que en una actriz porno de éxito. Abiertamente feminista, en sus propias producciones ha buscado salirse del porno convencional -donde casi siempre se trata a la actriz como un mero objeto sexual- y darle una vuelta de tuerca a la industria.

En este sentido, ha utilizado con frecuencia los términos «porno ético» y «porno feminista». Para definir qué es el porno ético, Amarna Miller recurre a la escritora norteamericana Tristán Taormino, quien basa la pornografía ética en valores como el respeto, la igualdad, la seguridad, el consentimiento y el bienestar. Para respaldar esta defensa, ha participado en innumerables charlas y ponencias criticando los estereotipos instaurados en la industria del cine para adultos.

Por otra parte, ha publicado el libro ‘Manual de psiconáutica’, un trabajo a medio camino entre la poesía y la fotografía en el que expresa varios pensamientos y vivencias personales. En 2018 publica, de forma abierta y en formato digital, ‘La guía responsable para hablar del trabajo sexual en los medios’, con entrevistas con varias actrices porno de éxito que versan sobre el tratamiento que los medios de comunicación hacen de la pornografía.

La defensa de unos valores poco arraigados en el porno y de otros aspectos poco convencionales en la sociedad -como el veganismo o el poliamor-, hacen de Amarna Miller un personaje único en la industria, pero hay más. La joven ha criticado con firmeza la doble moral en la sociedad española mediante el spot ‘Patria’, el anuncio de promoción para el Salón erótico de Barcelona 2016. Esta ha sido, con toda seguridad, su polémica más sonada.

Es a principios de 2017 cuando se replantea su situación profesional y decide abandonar la pornografía. Ese mismo año, participa en su primera película convencional ‘Contigo no, bicho’, protagonizada por Álvaro Alonso y Miguel Ángel Jiménez. Paralelamente, comienza su gran proyecto personal: compra una furgoneta y viaja a lo largo y ancho de Estados Unidos durante dos años, compartiendo la experiencia en su canal de Youtube.

Ha trabajado como presentadora en ‘Diario Vice’ de Movistar y escribe columnas y artículos periódicos para varios medios impresos como ‘JotDown’ o ‘Ara’. «En estos momentos dedica su tiempo a la escritura, la creación de contenido digital y el desarrollo de proyectos expositivos, especialmente dentro de los ámbitos de la fotografía y el videoarte», se puede leer en su blog personal.

En declaraciones recientes, Amarna Miller afirma haber recibido una enorme presión por parte de los medios por demostrar que era una mujer «inteligente», y añade que haber sido actriz porno le ha dejado profundos estigmas. Finalmente, asegura que una de sus principales fuentes de ingresos en la actualidad es Patreon, una plataforma de micromecenazgo que le ayuda a financiar su trayectoria actual como youtuber.

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