El socialista Josep Borrell sereno, señor, firme, tranquilo. Es una apisonadora que pasa por encima de un Oriol Junqueras nervioso, acorralado, cutre, rendido y desesperado. Al final dan ganas de llamar a la ambulancia. Fue hace unos días en 8TV y es ya parte de la historia de la derrota del separatismo.
Pase, disfrute y divulgue. Si sus amigos ven esto, adiós al nacionalismo.Los hechos sucedieron el 19 de junio de 2016, cuando el independentista acudió al programa de Josep Cuní en 8TV para enfrentarse cara a cara con el exministro socialista, Josep Borrell.
Los argumentos de Borrell en contra del discurso secesionista catalán abrumaron a Junqueras, que lejos de rebatir a su contrincante, no pudo hacer otra cosa que esforzarse por mantener su cara de poker.
Tema obligado en el debate fue la permanencia de Cataluña en la UE ante una hipotética independencia. «Usted dijo que no habría ningún tipo de discusión, que Cataluña tiene garantizada la permanencia en la UE», le recordó Borrell a Junqueras, quien acompañó este recordatorio con un extracto del Tratado de la Comisión Europea. El «oficial, el que vale».
Borrell lee: «Si una región de un Estado miembro se convierte en un estado independiente, los Tratados se dejarán de aplicar automáticamente en ese nuevo Estado. Se convierte en un tercer Estado». Junqueras califica esta afirmación simplemente como «argumentos».
«¡Si fuésemos alemanes!», exclama Borrell, imitando el lamento que los independentistas catalanes llevan haciendo «todos los días, durante años» públicamente.
El exministro socialista echó por tierra la teoría de Junqueras y los suyos, que aseguran que las balanzas fiscales alemanas limitan la solidaridad de los länders al 4% sobre el PIB.
«No encuentro las balanzas fiscales alemanas y he preguntado a la embajada alemana por ese 4% que dice Junqueras y tampoco lo han podido encontrar».
No sólo Borrell no encuentra ese 4%, «es que Alemania nunca ha calculado las balanzas fiscales».
Ante un sereno Borrell, Junqueras se limita a afirmar que ellos tienen «derecho a decidir sobre nuestro futuro».
Las balanzas fiscales han sido una de las obsesiones más recurrentes del nacionalismo catalán. CiU y ERC (con el acompañamiento en los últimos años del PSC) han asegurado que España somete a un «expolio fiscal a Cataluña» y han exigido a los gobiernos españoles que publiquen la comparativa de cuánto aporta cada región y cuánto recibe del Gobierno central.
¿Les roban 16.000 millones?
«Usted crea el sentimiento de que nos roban 16.000 millones», ha continuado Borrell, pero «si va a las cifras que dirige el Departamento de Economía, que usted dirige ahora, resulta que el informe del año pasado dice que los catalanes pagan 78.000 millones y que reciben de todas las Administraciones 76.000 millones».
A Borrel el resultado de la resta le sale en 2.400 millones, que es lo que perdería Cataluña con el actual sistema de financiación autonómica, donde contribuyen más al Estado las comunidades más ricas y reciben más, las más pobres. Esa cifra está muy lejos de los 16.000 millones.
El socialista acusa a Junqueras de «decir sistemáticamente las cosas como NO son». Con la intención de fomentar ese «sentimiento de agravio, de que los catalanes están muy mal tratados por España», también llegan a afirmar que «España se financia en el BCE al 0,05% de interés y nos lo deja 16 veces más caro».
Borrell se pregunta «¿cómo puede un vicepresidente económico hacer esa afirmación, cuando el BCE tiene prohibido financiar a los gobiernos?». Junqueras colapsa con tanto dato.
La estocada final viene de la mano del baile de cifras que han dado desde los departamentos de economía de la Generalidad.
Mientras en 2012 afirmaban que con la independencia Cataluña tendría el mayor superávit público occidental, ahora dicen que la secesión traería a su autonomía un excedente de 2.400 millones.
«Dejen de decir que han ganado el referéndum cuando tienen el 48% de los votos», remata Borrell, ante un Junqueras en shock que únicamente asiente.
