El australiano Nick Kyrgios estaba dando espectáculo en el Foro Itálico con ese desenfadado tenis que le permite hacer mil y una diabluras sin importarle ni el resultado ni el rival.
Pero el ‘bad boy’ de padre griego y madre malaya pierde muchas veces el oremus, ya sea en la cancha o criticando sin ton ni son a sus colegas fuera de ella.