Túnez, el país más pequeño del Magreb con apenas 10 millones de habitantes, es el principal exportador de combatientes yihadistas del mundo. El atentado de su capital rompe lo que era un oasis desde los años 90: los tunecinos hacían la yihad fuera de Túnez. Pero algo que parece haber cambiado. Su complicada posición, entre Libia y Argelia, desde donde se cuelan células yihadistas, están convirtiendo a Túnez en un escenario cada vez más peligroso.
