En pleno enfado rojiblanco tras el tercer gol del Barça al borde del descanso, Simeone aprovechó el paseo a los vestuarios para acercarse a Gil manzano a señalarle que antes del tanto azulgrana había sido penalti de Jordi Alba. Ante la negativa del árbitro a atender las quejas de Simeone, éste le dedica un corte de mangas cuando no le veía.