El brasileño Thiago Braz da Silva destrona al francés Renaud Lavillenie en salto con pértiga en Río 2016. En la final de los récords olímpicos, el actual récordman mundial (6,17) vio cómo le era arrebatada la corona de laurel por el ídolo local.
Mientras el campeón observaba relajado cómo el resto de participantes se afanaban en alturas menores (5,65), Da Silva hacía los deberes. Cuando Sam Kendricks (bronce) se quedó en 5,85, ya solo había dos gallos en el corral.
Llegaron al tramo final ambos con posibilidades, Da Silva apretando al galo con 5,93 y Lavillenie impecable en todos sus intentos. Lavillenie saltó 5,98 superando en un centímetro la marca que estableció en Londres 2012. Lo celebró con furia, creyendo en sus posibilidades.
El brasileño lo intentaba sin éxito a la primera sobre esa misma altura, a lo que respondió Lavillenie subiendo el listón a 6,03. Da Silva no solo aceptó el reto, sino que lo superó al segundo intento.
El campeón se tambaleaba ante el delirio local, que metía toda la presión sobre Lavillenie en sus intentos. Tras el segundo fallido sobre 6,03, el francés subía el listón a 6,08. Pero tocó el mismo con su pierna, provocando el delirio del estadio.
La pértiga ya tenía un nuevo campeón y Brasil, un nuevo ídolo, el primero en proclamarse campeón olímpico de una especialidad del atletismo.
