El Brasil de Neymar la pifia en los JJOO de Río

Un arranque catastrófico el que ha tenido el Brasil de Neymar, este 4 de agosto de 2016, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El peor partido de la carrera de Neymar”, concluían los comentaristas de la televisión brasileña SporTV, los exinternacionales Edinho y Roger, durante la retransmisión del empate desastroso de la selección brasileña olímpica ante Sudáfrica (0-0) en su estreno en los Juegos de 2016.

Mismo con nuevo entrenador, nuevos jugadores y un nuevo desafío, el de conquistar el inédito oro olímpico, la canariña insiste en seguir la misma. Un equipo de fútbol mediocre, indigno de vestir la camiseta amarilla pentacampeona del Mundo. En su espiral autodestructiva, no hay 1-7 en casa ante Alemania, dos eliminaciones precoces seguidas en Copa América y el cambio de entrenador que ayude a la canariña a reencontrar el jogo bonito perdido.

Mismo con un jugador más durante más de dos tercios de la segunda parte (Mvala vio la segunda amarilla en el minuto 55), Brasil fue incapaz de ganar a la teóricamente frágil rival afriacana. Para la desesperación de los 70.000 aficionados que llenaron el Estadio Nacional Mané Garrincha, en la capital Brasilia.

No es una exageración decir que Neymar ha sido el peor de Brasil en campo. Como capitán y estrella máxima de un equipo lleno de chavales que todavía sueñan en llegar al estrellato en Europa, era suya la responsabilidad de liderar el ataque. Y tan poco hizo que, en los minutos finales del partido, fue protagonista de la frustración de la grada, que le abucheaba cada vez que tocaba el balón.

Nada salió bien para la canariña. La defensa estuvo insegura y falló diversas veces en la cobertura. El mediocentro fue inexistente, tanto en el marcaje como en la creación de jugadas, obligando los laterales y centrales a armar las jugadas de ataque a través de balones largos y centros predecibles y telegrafados. Y el tridente formado por Neymar, Gabriel Jesus y Gabigol que tanta expectación creó previamente al partido, no funcionó. Fue incapaz de crear jugadas de pared, cambio de pases o triangulaciones.

Hasta la roja a Mvala, por entrada dura sobre Renato Augusto, era Sudáfrica la que más llevaba peligro y estuvo dos veces a punto de marcar, con tiros de fuera del área. Pero tras la expulsión del central africano, fueron 30 minutos de absoluta presión brasileña. El entrenador Rogerio Micale hasta puso a Juan, un cuarto delantero, pero lo más cercano al gol de la victoria que estuvo Brasil fue en una jugada de Luan que dejó a Gabriel Jesús libre dentro del área chica. Pero el nuevo fichaje del Manchester City ha tirado al palo.

Al final empate amargo en el debut olímpico de Neymar. Y la sensación de que falta mucho para arreglar el fútbol de Brasil.

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