Dos niños de 17 años mueren en Madrid al hundirse el suelo de cristal del ascensor

Ella, B., de 17 años, estaba radiante por haber terminado los exámenes finales de 2º de Bachillerato que en la mañana de este martes 9 de mayo de 2017 se celebraban en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo.

Por eso había ofrecido a sus compañeros que celebrasen una fiesta en el ático del edificio en el que vivía, en el número 4 de la madrileña calle Hermanos Bécquer, en el distrito de Salamanca.

Su novio, J., compañero de clase y también de 17 años, se había ofrecido a ayudarla.

Ella, hija de un registrador de la propiedad y sobrina de un reputado jurista, era la menor de tres hermanos.

Sobre J., sus compañeros de colegio lo definieron como un joven «extrovertido y divertido», y «muy deportista»: «Jugaba a menudo al baloncesto y al fútbol».

La estremecedora tragedia ha ocurrido este 9 de mayo de 2017 en un inmueble situado en una de las zonas más exclusivas de Madrid, en el número 4 de la calle Hermanos Bécquer.

La chica residía en la finca con sus padres y sus hermanos, y mantenía con el chico una relación sentimental desde hacía dos años. Ambos estudiaban 2º de Bachillerato en el instituto Nuestra Señora del Recuerdo y habían terminado hoy mismo los exámenes. Estaban precisamente celebrando una fiesta por ello con un grupo de compañeros de estudios y amigos en el ático, situado en el noveno piso. Ambos han bajado a coger algunas cosas al sexto, donde residen los padres de ella, cuando se ha producido el accidente.

Agentes de Policía nacional y municipal asisten al traslado de los cadáveres. ÁNGEL NAVARRETE

En el momento del desprendimiento, algunos de sus compañeros ya se encontraban en el ático, mientras que otros esperaban en el rellano para subir.

Según las primeras investigaciones de la Policía Científica, que investiga las circunstancias del accidente, todo apunta a que el suelo del elevador se ha desprendido por causas que aún se desconocen. Los jóvenes se han precipitado entonces al vacío por el hueco del ascensor.

Los servicios sanitarios del Samur que han llegado al lugar de los hechos intentaron reanimar a las víctimas sin éxito, confirmando la muerte de ambos jóvenes, que se produjo por politraumatismos.

En la Comunidad de Madrid han confirmado que el ascensor había pasado favorablemente en 2015 la inspección periódica a la que deben someterse estos dispositivos cada cuatro años. Según explican en la Comunidad, corresponde a las comunidades de propietarios el mantenimiento de sus ascensores y encargar su inspección, que tiene que ser realizada por un Organismo de Control Autorizado (OCA). Posteriormente, la Consejería de Economía y Hacienda supervisa los datos que les remiten estas entidades. Además de superar la inspección hace dos años, en el pasado mes de abril el ascensor se había sometido a labores de mantenimiento, según ha precisado una portavoz de la Consejería de Economía y Hacienda.

El director general de Industria de la Comunidad de Madrid, Francisco Javier Abajo, y técnicos de su departamento se han personado en el edificio para conocer los detalles del siniestro e intentar aportar datos a la investigación.

Hasta el sitio han acudido varias dotaciones de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, que han esperado a que el juez ordenara el levantamiento de los cuerpos para proceder al rescate de los mismos.

Psicólogos del Samur han tenido que atender a numerosos amigos y familiares que se encontraban en el lugar de los hechos por crisis de ansiedad. Para ello se instaló un hospital de campaña en una oficina del banco BNP, situada frente a la finca donde se ha producido el suceso, que abrió sus puertas para este fin. Por su puerta han estado entrando y saliendo durante toda la tarde jóvenes que lloraban desconsoladamente y padres con la expresión descompuesta.

Se da la circunstancia de que numerosos padres y alumnos estaban reunidos esta tarde en el centro escolar. Al conocerse la noticia del suceso se han dado momentos de pánico entre la comunidad, pues las primeras noticias eran confusas y muchos progenitores no podían localizar a sus hijos.

El edificio de la calle Hermanos Bécquer, 4 fue objeto de una reciente rehabilitación integral promovida por la familia de la joven fallecida, propietaria del inmueble por medio de la sociedad Bécquer de Arrendamientos, según fuentes consultadas por este diario. El proyecto de reforma, obra del estudio de arquitectura RCCyP, se llevó a cabo entre 2013 y 2015 y sus pisos, de unos 300 metros cuadrados, salieron a la venta por entre 1,7 y 1,9 millones de euros cada uno, informa Luis Martín de Ciria.

La inmobiliaria Grupo Millenium, empresa especializada en viviendas de máximo lujo, llevó a cabo la reforma de las viviendas y su comercialización. Además de esta actuación, Millenium ha realizado recientemente algunas de las más exclusivas de la capital como la de Plaza de la Independencia, 5 y Alfonso XII, 24.

La pequeña calle Hermanos Bécquer está situada en el centro de la capital, junto a la embajada de EEUU, entre la calle Serrano y el Paseo de la Castellana. En el número 8 de la calle vivió durante varias décadas Carmen Polo tras enviudar y en el 6 tuvo residencia Luis Carrero Blanco.

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