National Geographic Channel

El cazador cazado: cuando la presa se convierte en depredador

Que el hombre es un cazador por naturaleza es un tema debatido y estudiado en campos como la antropología, la biología evolutiva y la psicología.

Si bien es cierto que los antepasados humanos, como los homínidos, han tenido una historia de caza como parte de su supervivencia y subsistencia, no es posible generalizar y decir que todos los hombres son cazadores por naturaleza.

La evolución humana ha involucrado una serie de adaptaciones a lo largo de millones de años, incluyendo la capacidad de cazar y recolectar alimentos para sobrevivir.

Los primeros homínidos dependían de la caza de animales y la recolección de plantas como sus principales fuentes de alimento.

Esta actividad cazadora fue influyente en la formación de la anatomía, la cognición y el comportamiento humanos.

Sin embargo, a medida que la Humanidad avanzó, también se desarrollaron diferentes formas de subsistencia, como la agricultura y la domesticación de animales.

Las sociedades se volvieron más complejas y diversas en sus métodos de obtención de alimentos y formas de vida.

Hoy en día, mientras que algunas culturas aún practican la caza como parte de su estilo de vida tradicional, la mayoría de las sociedades modernas se han alejado en gran medida de la caza como una actividad esencial para la supervivencia.

La tecnología, la agricultura y la industrialización han transformado la forma en que obtenemos nuestros alimentos y satisfacemos nuestras necesidades básicas.

UN DOCUMENTAL

El cazador cazado es una serie de documentales sobre ataques de animales a seres humanos.

Ha sido realizada National Geographic Channel y muestra de forma muy gráfica multitud de episodios en los que la presa se revuelve y ataca al hombre.

CURIOSIDADES DE LA CAZA

  • Los ratones pueden escuchar las lágrimas de sus depredadores
    Para explicar este descubrimiento, hay que hacer un poco de ‘background’. Hace unos años, se descubrió que los ratones machos producen una proteína específica en sus lágrimas que actúa como un afrodisíaco para las hembras, haciéndolas más receptivas al sexo. Los investigadores de un nuevo estudio estaban interesados en comprobar si las ratas macho producían algo similar. Resulta que sí. Según publican en Current Biology, lanzan una proteína relacionada con la cistatina (CRP1). Cuando las ratas huelen esta proteína, activa los receptores en el órgano vomeronasal, lo que provoca que las hembras se detengan en seco.
  • El megalodón pudo extinguirse por no querer cazar presas grandes
    Si fueras el tiburón más grande que jamás ha existido, puedes imaginarte que podrías ser capaz de devorar cualquier presa. Una nueva investigación ha revelado que el megalodon Carcharocles prefirió apresar pequeños animales en lugar de presas grandes. De acuerdo con los autores de un nuevo estudio, la preferencia del tiburón hacia las presas más pequeñas pudo haber conducido a este hacia su extinción.
  • El ciervo vampiro, los traficantes lo persiguen por su valioso almizcle
    El ciervo vampiro (Moschus cupreus), caracterizado por tener (los machos) 2 dientes caninos superiores muy largos, está seriamente amenazado debido a la pérdida de su hábitat y a la caza furtiva. De hecho, se creía extinto desde el 1948, cuando fue avistado por última vez en estado silvestre por un equipo de científicos daneses; pero ahora zoólogos de Wildlife Conservation Society han confirmado la «reaparición» de este cérvido en su hábitat natural, las escarpadas laderas boscosas del noreste de Afganistán.
  • El yoyó, arma letal hace siglos en Asia
    ¿Sabías que el yoyó es el segundo juguete más antiguo de la historia? Lógicamente primero están las muñecas, se cree que el primer yoyó se usó hacía el 10.000 antes de Cristo, y que originariamente se usaba como arma para cazar en  Filipinas, lo lanzaban hacía su presa y lo recogían con la cuerda, ya que por aquel entonces estaban hechos con una piedra y un cordel. Existen pruebas de que se utilizaba en la Antigua Grecia, donde se ha encontrado la imagen de un joven jugando hacia el siglo V a. C. También se han encontrado evidencias de la existencia del yoyó entre 1386 y 1644 durante la dinastía Ming (China). Esta versión consistía en dos discos de marfil con un cordón de seda arrollado alrededor de su eje central. Hacia el siglo XVIII ya era conocido en la India
  • La libélula es el animal más mortífero del mundo
    Estos pequeños animales no son mortalmente venenosas ni poseen fuerza atroz, pero que sea el animal más mortífero se le ha atribuido de forma estadística. Por ejemplo un león atrapa al 25% de sus presas, pero la libélula alcanza fácilmente al 95% de los animales que desea atrapar, generalmente, moscas y mosquitos… Por ello los depredadores más efectivos del reino animal. Las investigaciones han demostrado que la libélula puede identificar, seleccionar y aislar a un objetivo en particular entre muchos, calcular su trayectoria, ajustar su rumbo y velocidad e interceptarlo utilizando un grupo de sólo 16 neuronas. Su capacidad para mantener a la presa siempre en el foco de su campo visual es su truco. Haga el movimiento que haga, el objetivo permanece siempre en el centro de su retina y de su interés. Otra ventaja que tienen por las mismas características de visión y motricidad, son asimismo presas casi imposibles para otros animales.
  • Declaran extinto al rinoceronte negro en África Occidental
    Desgraciadamente se suma otra especie más a la lista de las extintas debido a la caza ilegal, así lo afirma la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Aparte de esta especie con la cual ya se ha acabado a base de caza también esta en peligro el rinoceronte blanco de África Central, incluso se cree que en estado salvaje ya se ha extinguido. «Los seres humanos somos los guardianes de la Tierra y tenemos la responsabilidad de proteger las especies que comparten nuestro medio ambiente», afirma el presidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN. «Tanto en el caso del rinoceronte negro occidental como del rinoceronte blanco del norte, la situación podría haber sido muy diferente de haberse aplicado las medidas de conservación sugeridas”.
  •  La plaga de conejos de Australia se originó a partir de 24 ejemplares
    La plaga de cientos de millones de conejos que invade Australia, por la cual se llegó a construir una cerca de 3.253 kilómetros de longitud, se originó con 24 conejos que el inglés Thomas Martin mandó a traer de Inglaterra en 1859, y que liberó en su rancho de Barwon Park para practicar caza. Martin declaró más tarde: «La introducción de unos pocos conejos no podría hacer mucho daño, y podía proveer un toque hogareño, además de un coto de caza«. Bueno, desde luego ahora les sobran conejos para cazar a lo largo y ancho de toda la isla. La imagen de la izquierda data de 1930.

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