Bertín Osborne: 12 mujeres sin piedad

Programa original donde los haya, de Intereconomía TV. Un sábado de marzo de 2012, el reo asaeteado, sin compasión, fue Bertín Osborne. Doce guapísimas mujeres tuvieron a su entera voluntad, a un hombre, de sobra conocido por la audiencia, que tras más de una hora de suplicio, sin perder un solo instante su natural sonrisa, salió con un aura de invicto ante el acoso femenino.

No exagero al decir que pocos varones –ídolos de lo que sea- se someterían al cerco y sana provocación de estas féminas, capaces de hurgar en todos los recovecos del alma y salir de la prueba impolutos. Ningún aspecto de la biografía cincuentona de Bertín, quedó en la penumbra del olvido. Preguntas de todo tipo, desde el halago más descarado a su porte y atractivo físico, imán de incontables mujeres; de sus trofeos –inverosímiles la mayor parte de ellos- sobre su sex-apil, hasta las cuestiones más íntimas de su alma, sin más coraza que su sinceridad.
 
Hubo momentos de intensa emoción al airear el galán-divo, con la máxima naturalidad, su creencia en Dios, Padre bueno y misericordioso. Un hombre capaz de enamorarse locamente de su primera mujer; de ser fiel contra viento y marea al amor que un día le prometió ante el altar y que dice en público que “no perdona a la Iglesia le anulase su matrimonio” que él siempre admitió como indisoluble hasta la muerte; es un caso hoy día, propio de un santo de altar para la opinión pública.
 
Un hombre que dice que las ideologías, partidos y sindicatos están desfasados; que proclama no avergonzarse de ser de derechas de toda la vida, de tener amigos de cualquier ideología; de confesar sus propias limitaciones en el campo de la música y sobre todo en el amor desinteresado-sin ayudas institucionales ni estatales-para su Fundación para niños como el suyo- con parálisis cerebral- que está sirviendo de referente y esperanza para miles de familias españolas y extrajeras, es un hombre, ante el ! que hay que descubrirse y poner en un pedestal.
 
Seguro que no solo las 12 mujeres, sino casi todos los televidentes, valoramos como oro de ley, la humanidad, la fe y la generosidad de un hombre que desnudó su alma en público y que acabó humedeciendo los ojos de la audiencia. Chapeau, por el programa, por Bertín y por las 12 mujeres ‘con’ piedad.

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