Sin repartir una ostia. Los agentes de la benemérita dotados con porras, que no usaron, reventaron el cristal de la puerta, se hicieron con el control del acceso principal y pusieron fin al ‘festejo independentista’, mientras que en el interior, a toda prisa, activistas de la estelada retiraban las urnas del su ilegal referéndum del 1-O.