“No me puedo quejar de la piratería en Internet (…) Estoy contentísimo y agradecido a ella, ya que mi disco está en las tiendas y funcionando muy bien por la promoción que se le ha dado. Todos sabemos cómo funciona Internet; allí está todo. No me puedo quejar de la piratería en la red, sobre todo porque está sirviendo para que la gente también busque el original.”
Decidido a aprovechar el tirón, al año siguiente lanzó su segundo álbum, Vuelve la burra al trigo, para el que grabó una versión en clave rockera de “Mi Carro“. Y le gustó tanto a su intérprete original, Manolo Escobar, que incluso accedió a aparecer en su videoclip, según SQ.
Sin embargo, poco a poco iría desapareciendo la fiebre del rock rústico y El Koala pasó de ser un personaje mediático a regresar a su condición de músico currante que toca para una minoría.
Él de todas formas lo sigue intentando: en 2011 salió a la venta otro disco, El latido del campo, en el que se encuentran temazos como “El Kabratón“.
Y ahora lo vuelve a intentar con Cancioncillas Nillas, un álbum dedicado al público infantil. Justo cuando se cumple una década del mítico “Opá yo viazé un corrá“, el cantante sigue dispuesto a dar el pelotazo musical con “Panochillo, el burro terrícola“.
El cantante recuerda con gran cariño el tema que lo catapultó al estrellato:
“Fue la bomba. (..) Ahora sigo en la lucha, haciendo mis canciones, con mi gente, viviendo en el campo, lo que me gusta y haciendo que la gente disfrute con mi música.
Durante todos estos años de conciertos y giras me he dado cuenta de que un buen número de seguidores y de gente que acude a nuestros conciertos en verano eran niños y jóvenes, de apenas diez o doce años, así que pensé que podía ser interesante escribir canciones destinadas especialmente a ellos, pero siempre con nuestro estilo, el rock rústico de lomo ancho.”