Poco antes de las doce del mediodía del 6 de julio, el alcalde o alcaldesa -junto a los concejales- salen al balcón del Ayuntamiento. Abajo, en la plaza, miles de personas llevan horas esperando el momento. Se descorchan cientos de botellas de champán, vino y sangría para hacer más amena la espera.
Instantes antes de las doce ya está todo listo y solo queda que los clarineros den el aviso para que la persona que lanzará el chupinazo se dirija al público con el saludo tradicional en euskera y en castellano“¡Pamploneses, Iruñatarrok, Viva San Fermín, Gora San Fermin!”, justo antes de prender la mecha que da paso a la explosión de alegría que se expande por todos los rincones de la ciudad. La fiesta dura desde el mismo día 6 al 14 de julio.