200 pasajeros de Aeroméxico atrapados eternamente en Barajas

Desde finales de julio de 2016, varias decenas de personas se aglomeran cada mañana en los mostradores de Aeroméxico en Barajas para tratar de conseguir un asiento que les lleve de vuelta a Ciudad de México.

La cifra crece cada día y ayer ya eran más de 200 los mexicanos que no podían regresar a sus casas por la falta de plazas libres en los vuelos de la aerolínea que dirige Andrés Conesa.

Y es que estos pasajeros son portadores de los llamados billetes free o staff, es decir, pasajes más asequibles de los empleados de Aeroméxico sujetos a espacio, que han comprado en el mercado negro o de forma ilegal a trabajadores de la aerolínea o intermediarios a mitad de precio.

Como subraya África Semprún en ‘El Economista‘ este 5 de agosto de 2016, la gran mayoría de las personas atrapadas en Madrid, por no decir todas, no trabajan para la compañía y están pendientes de que haya una plaza libre para poder volar, algo que se puede retrasar hasta un mes, debido a la temporada alta y la sobreventa de billetes.

Así, en los dos últimos días no ha salido ninguno de los pasajeros que están en la lista de espera y cada vez llegan más.

«Adquirí mi boleto a través de un contacto por unos 500 euros cuando en la web oficial cuesta más de 1.000 euros. Sabía que eran sujetos a espacio, pero Aeroméxico nos está menospreciando, no nos reconoce como clientes y la lista de espera que han hecho es un desastre. No es pública, los nombres desaparecen y no se respeta el orden de llegada. Hay gente que lleva más de ocho días en Barajas y otra que con menos de dos lograron salir», explica una estudiante del Tecnológico de Monterrey, que lleva cinco días atrapada en Madrid y que ha querido mantener su anonimato.

Igual que esta joven, los pasajeros atrapados se quejan de la ausencia de información y de la falta de iniciativa por parte de la compañía para hacerse cargo de un problema que, oficialmente, no reconoce.

«El problema empezó el 23 de julio de 2016. Nadie de la compañía da la cara y no nos quieren atender. Ayer con las cámaras fueron más amables, pero han llegado a amenazarnos con que nadie subiría a los aviones», explica Javier, de Ciudad de México, que lleva ocho días esperando en Madrid y que también compró su billete a un empleado de Aeroméxico que no ha conocido nunca.

El problema de hacer negocio con estos billetes

La aerolínea mexicana explicó a este diario que sus trabajadores tienen derecho a una serie de billetes gratuitos al año, que pueden ceder a familiares, amigos o terceros sin ningún tipo de control, por lo que la aerolínea no se hace responsable. Así, muchos pilotos y azafatas aprovechan la falta de normativa o control interno para sacarse un sobresueldo en negro.

«Algunos colaboradores transfieren esta prestación a familiares o terceros, quienes al utilizarla en temporada alta encuentran en los aeropuertos un alto factor de ocupación en los aviones, lo cual impide su abordaje. Aeroméxico reitera su compromiso con los clientes, quienes adquirieron su boleto con la aerolínea y no a través de un beneficio de empleados, para asegurarle el traslado hasta su destino final».

Así las cosas, parece que la empresa no está dispuesta a fletar un nuevo avión para rescatar a los pasajeros, tal y como han pedido los pasajeros varados.

Un problema recurrente

La reventa de billetes free de Aeroméxico es toda una tradición en México, que este verano, debido a la fuerte demanda, se ha convertido en un verdadero problema para la compañía.

Así, la imagen de pasajeros atrapados en Bajaras se repite cada verano, tal y como confirmó el consul de México en España a Efe y aseguraron otros pasajeros a este diario, pero es la primera vez que se acumulan tantas personas.

Y el problema va a seguir creciendo, ya que la aerolínea recomienda a los viajeros que se vuelvan a sus hoteles y lo intenten la semana que viene.

«Yo he llegado hoy y me han dicho que vuelva el domingo. Pero tengo que quedarme e intentarlo, porque mi boleto expira el domingo y si caduca no tengo opción«, explica Carlos Peral, que lleva un año estudiando en España y compró su billete a través de un contacto que logró en una web y por 600 euros.

En esta línea, Javier Saman, un músico que ha estado un mes en Sevilla, lleva tres días esperando. Compró su billete a través de un contacto que le facilitó un tercero que ya había volado así.

«A la empresa se le ha ido de las manos esto de la reventa y no sabe qué hacer».

Muchas aerolíneas dan billetes free a sus empleados y familiares como parte de sus prestaciones pero está controlado: no se lo pueden dar a nadie que no esté registrado entre los beneficiarios directos.

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