¿Sabes por qué es más peligroso inflarte con un plato de pasta que de bacon?

Las dietas altas en carbohidratos son habituales para gran parte de la población, que, en pos de una buena alimentación, ingiere grandes cantidades de pasta o arroz a la semana mientras margina las grasas de su menú semanal. Sin embargo, sustituir la ingesta de lípidos por una dieta rica en hidratos de carbono podría no ser tan buena idea como tradicionalmente se ha creído.

Eso al menos es lo que sugiere un estudio que acaba de ser publicado en la revista británica The Lancet, que apunta que las dietas altas en grasas (aquellas que aportan un 35% de la energía) conllevan un menor riesgo de mortalidad que las que tienen un alto contenido en hidratos de carbono (por encima del 70%), según recoge José Andrés Gómez en El Español. —Por qué es más peligroso inflarte con un plato de pasta que de bacon–.

Según se extrae de este nuevo trabajo, la dieta media de la población mundial está compuesta en un 61,2% de carbohidratos, un 23,5% de grasas y un 15,2% de proteínas. Estos porcentajes varían según la región del mundo de la que hablemos. Mientras que China es el lugar en el que se consume una mayor cantidad de glúcidos (un 67% de la dieta), el consumo más alto de lípidos ocurre en norteamérica y Europa (un 30,5%).

Así, las conclusiones principales señalan que aquellos sujetos que consumen dietas ricas en carbohidratos (las que aportan más de un 70% de la energía) tienen una mayor tasa de mortalidad (un 28% más) si los comparamos con los que toman una menor cantidad (alrededor de un 46%). Con los lípidos ocurre, sin embargo, al contrario: aquellos sujetos que toman un mayor volumen de grasas en sus dietas (alrededor de un 35%) tienen una menor tasa de mortalidad (un 23%) que aquellos cuyo consumo ronda el 11% de su dieta.

A pesar de los sorprendentes resultados obtenidos, los autores advierten que no hay que desterrar los glúcidos de nuestro régimen. «Tomar cierta cantidad de hidratos de carbono es necesario para satisfacer las demandas de energía durante la actividad física. Un consumo moderada, alrededor del 50% de la energía, es más apropiada que las dietas con ingestas muy altas o muy bajas en carbohidratos», explica Dehghan, que concluye que aquellos países en los que las dietas contienen más de un 65% de carbohidratos deberían apostar por intentar reducir su ingesta antes que la de grasas.

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