Ivanka Trump tiene amplios motivos para sonreír. No solo es vista como una muy influyente asesora de su padre en la Casa Blanca. El negocio de moda que ella fundó, y que hace apenas unas semanas parecía sitiado por las controversias políticas en torno a su apellido, está floreciendo.
La firma de análisis de mercados Slice Intelligence anunció que en enero y febrero de este año, precisamente el período que Donald Trump lleva en la presidencia, los productos con la marca de Ivanka en Amazon experimentaron aumentos en las ventas de 332%, comparados con el mismo periodo en el año anterior.
No importaron los llamados a boicotear la firma por parte de opositores al gobierno, el profundo malestar de los liberales estadounidenses en torno a todo lo que les recuerde a Trump, ni las acusaciones contra funcionarios de la Casa Blanca de haber incurrido en presuntas violaciones éticas por haberle hecho propaganda a la firma de la hija del presidente.
El hecho es que la ropa con la marca de Ivanka se vende tres veces más que hace un año en Amazon.
El aumento de esos productos en la cadena nacional de tiendas Macy’s fue también de un nada despreciable 148%.
La polémica en torno a la marca parece haber terminado favoreciendo a Ivanka Trump. O por lo menos no le ha hecho daño notorio.
En el foco
«A sus 35 años, Ivanka Trump está acostumbrada a estar en el foco público», asegura Brenna Cameron, reportera de la BBC.
«Durante su adolescencia trabajó como modelo. Ya de adulta, se convirtió en una exitosa empresaria cuyo imperio abarca moda, medios y autoayuda. Le atribuyen un valor neto de US$150 millones», agrega nuestra reportera.
Ella y su marido Jared Kushner se han convertido en protagonistas estratégicos del mundo político de Washington, ese mismo mundo Donald Trump prometió «drenar» como si fuera un pantano.
Kushner es visto como un consejero poderoso en temas de relaciones internacionales.
Mientras que Ivanka es presentada como un factor moderador de la presidencia de su padre en temas de política social, por ejemplo, empujándolo a respaldar reformas que ayuden a las mujeres trabajadoras del país.
Y en cierto modo, la hija del presidente ha cumplido el papel que a veces se les asigna a las primeras damas, como asistir a las reuniones sociales con dignatarios extranjeros,
Lo cierto es que está más cerca del presidente que casi cualquier otra persona.
Por lo que nadie duda de su influencia política.
El negocio
Pero muchos creyeron que esto le costaría en el mundo empresarial.
Ivanka se mudó a Washington al comienzo de la presidencia de su padre, dejando de lado la conducción de sus negocios en Nueva York.
Al poco tiempo de comenzar el mandato de Trump, varias firmas nacionales de almacenes, empezando por Nordstrom, anunciaron que retiraban de sus mostradores los productos de Ivanka, argumentando bajas ventas.
Pero otros pensaban que la medida contra la ropa de Ivanka también tenía que ver con la creciente controversia que genera el gobernante.
Y en esas, llegó la sonada entrevista del 9 de febrero de este año, en la que Kellyane Conway, asesora de la presidencia, terminó haciéndole un comercial gratuito a los productos de Ivanka.
Conway hacía eco de las quejas del presidente frente a Nordstrom, cuando el mandatario envió un tuit calificando las decisiones del almacén respecto de su hija como injustas.
Y entonces la funcionaria dijo, ante las cámaras, que invitaba a los estadounidenses a que compraran productos de la marca de Ivanka.
Diversas entidades de control ético calificaron de inapropiada la intervención de Conway a favor de los negocios de la hija del presidente.
Publicidad
Desde ese momento, la expectativa se centró en cómo respondería el mercado a estas menciones a la firma desde el alto gobierno.
La respuesta es que en este caso, la publicidad buena y mala ha sido, al fin y al cabo, publicidad.
En declaraciones a medios estadounidenses, Sarah Tanner, vocera de la firma de comercio electrónico Lsyt, aseguró que «no le sorprendería» si las noticias políticas que rodearon a la firma ayudaron a disparar las ventas.
Dos meses, por supuesto, son poco tiempo para juzgar el impacto a largo plazo de la polarización política en torno a los negocios de la familia del presidente.
Pero las primeras indicaciones parecen mostrar que los llamados a boicots y otros movimientos de protesta contra las marcas de los Trump tienen efecto bastante limitado, al menos en el caso de Ivanka.
Redacción BBC Mundo